Halloween en Francia

Halloween en Francia

Halloween es la contracción del inglés All Hallows' Eve, que significa "Víspera de Todos los Santos". Es una celebración moderna que toma su origen en la fiesta celta llamada Samhaín y la festividad cristiana del Día de Todos los Santos.

Las tradiciones en Francia

Halloween se celebra en Francia como en el resto de Europa así que Estados Unidos y Canadá en la noche del 31 de octubre. Las costumbres son de disfrazarse en fantasmas, brujas, vampiros, esqueletos o calabazas, leer historias de miedo, ver películas de terror… Los más pequeños salen a la calle disfrazados para pedir dulces a los vecinos diciendo: “un bonbon ou sort”, es decir “truco o trato”. También es muy común ir a Disneyland Paris o al Parc Asterix para ver los desfiles y visitar las casas del terror… ¡Obviamente, es el día del año donde más se comen dulces y caramelos! El día siguiente, 1ero de noviembre, es la festividad cristiana de la Toussaint (Día de Todos los Santos) y es feriado en Francia. La gente, creyente o no, aprovecha para visitar sus familiares fallecidos en el cementerio y dejar flores de crisantemos en sus tumbas.



Una herencia entre fiesta pagana y cristiana

Hace más de 3000 años, el Samhaín se festejaba al final de la temporada de cosechas y al principio de la estación oscura, para marcar el “Año nuevo celta”. Se creía que ese día la línea entre los mundos de los vivos y de los muertos se estrechaba, y que los espíritus podían pasar a través. Por eso, los espíritus de los ancestros familiares eran invitados y homenajeados mientras que los espíritus dañinos eran alejados. Después, los papas Gregorio III (731-741) y Gregorio IV (827-844) intentaron reeplazar esta celebración pagana por la festividad católica Día de Todos los Santos, que fue trasladada al 1 de noviembre.

La leyenda de Jack-o'-lantern

Los inmigrantes irlandeses difundieron la tradición de Jack-o'-lantern en América del Norte cuando llegaron allá para escapar de la Gran Hambruna. La leyenda cuenta que Jack, un granjero tacaño, pendenciero y con fama de borracho, no podía ir al Infierno por haber concluido un trato con el Diabo, y tampoco al Paraíso por haber tenido una mala vida… Por lo cual estaba condenado a deambular en los caminos oscuros de las tinieblas, con una linterna de fuego hecha en un nabo hueco como única luz. ¡El tiempo pasó y la calabaza reemplazó al nabo!

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