Córcega
L'île de Beauté tiene mucho que ofrecer: pueblos encaramados sobre el mar, playas enclavadas en calas, torres genovesas que subrayan el horizonte...
Ciudades a no perder
En la ciudad de Ile Rousse, una torre guarda la isla de La Pietra, la mayor de la cadena de islotes de pórfidos rojos que dio nombre a esta ciudad querida por Pasquale Paoli, el padre de la nación corsa. Su recuerdo está presente sobre la gran plaza donde se juegan interminables partidas de petanca bajo los plátanos. En Calvi, se puede admirar el legado de cuatro siglos de dominación genovesa lo que inspira la enorme ciudadela plantada sobre una roca que domina el puerto. La parte alta de la ciudad, con sus estrechas callejuelas y escalones, parece provenir directamente del siglo XVI. La leyenda cuenta que el genovés Cristóbal Colón nació allí... Es Ajaccio quien perpetúa la memoria de Napoléon Bonaparte. En su casa natal, un museo de la casa de Bonaparte recorre la epopeya napoleónica. En fin, el golfo de Porto-Vecchio es uno de los más fotogénicos de Córcega con sus aguas turquesas.
Entre deporte y relajación
La isla de la belleza también toma su nombre de su interior cuyos esplendores se revelan a los más valientes. ¿Por qué no probar el GR 20? Considerada una de las rutas de senderismo más espectaculares de Europa, es también una de las más difíciles con sus 180 kilómetros de norte a sur para recorrer en al menos dos semanas. Pero tranquilicémonos: también es posible dividir la ruta. Para ponerse al fresco después de esta expedición, puedes explorar el magnífico mundo submarino de las seis reservas naturales. También puedes tratar de borrar los dolores y molestias en el agua sulfurosa de los baños de Caldane. A menos que quieras descubrir el viñedo corso y sus 9 Denominaciones de Origen Protegidas...
Gastronomía tierra-mar
Visitar Córcega también significa deleitarse con los sabores de un terruño con carácter. En el lado del mar, hay que prestar atención a la temporada de erizos de mar, su captura sólo se permite en invierno y está sujeta a cuotas estrictas. Por el lado de la tierra, se puede disfrutar de la charcutería corsa, especialmente el figatellu, una salchicha seca que se puede servir con polenta de harina de castaña. Las aubergines à la bonifacienne es una receta de berenjenas rellenas de carne muy apreciada. Entre los muchos quesos, se puede elegir el brocciu, elaborado con suero de leche de cabra o de oveja. Y de postre, las clementinas de Córcega aportan una nota de sol como la miel de Córcega, cuyas seis variedades exudan todos los sabores del monte y del sotobosque. Los canistrelli son deliciosas galletas con sabor de limon, anis o castana.
Fuente: France.fr